FIN DE TRAYECTO
A José Manuel Caballero Bonald
del que tomé el título y un verso.
Ya no hay un nuevo punto de partida.
Enmudecieron los llantos y risas de los niños.
Callaron las alegres voces de los estudiantes.
Sobra silencio.
A la sombra del olmo
me he sentado esta tarde,
esperando la nada,
descansando la vida.
Enmudecieron los llantos de los niños
que ya volaron solos.
Se hicieron hombres y mujeres mis estudiantes
que se llevaron muchas de mis semillas.
Es tiempo de silencio.
Ningún punto de partida.
Esperando la nada.
Ya no hay lucha por conseguir derechos.
Todo, despacio, se va alejando en el silencio,
en la paz en otro tiempo deseada.
Hoy tengo paz, tiempo y silencio,
pero he perdido fuerzas.
Todo se va alejando.
Se desdibujan las formas y colores
y las ideas se hacen transparentes,
falta vigor para luchar por ellas.
No hay un nuevo punto de partida.
Queda la rabia ante las injusticias.
Queda el amor que floreció en su día.
Queda la belleza que produjeron mis manos, ahora insensibles.
Estoy conforme con este tiempo nuevo, es un regalo.
Tiempo de silencio, de recuerdos, de pensamiento lúcido.
Pero todo es pasado, porque me voy acercando al final del trayecto.
Y ya no tengo un nuevo punto de partida.
domingo, 29 de noviembre de 2009
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Esto es una prueba, estoy aprendiendo.
ResponderEliminarUn cordial saludo